Crucero sin Visa desde Santo Domingo por el caribe

Crucero por las Antillas y Republica Dominicana desde La Romana o desde Guadalupe
Podemos arribar a La Romana Volando desde Ciudad de Mexico via Panama por Copa Airlines (sin visa) y via Miami con American Airlines (en este case requiere visa americana)
Santo Domingo y La Romana, ciudad en la costa oriental, en realidad se precian de una tradición de hospitalidad sumamente antigua. Santo Domingo y La Romana han sido desde siempre centros de comercio, de bienestar y de diversión, aún cuando hayan sido mundialmente reconocidas como tales sólo desde hace algunas pocas décadas. Por cierto que La Romana es un puerto, sumamente próspero y activo; pero es también una ciudad espléndida que cuenta con todos los aspectos positivos de la actividad portuaria. Se llega a La Romana a través de la región oriental: la ciudad comparte con Punta Cana el eje de la vida turística y cultural de toda la costa.
A poca distancia de La Romana se encuentran algunas de las playas más bellas de todo el continente americano, tales como Bayahive y Dominicus. Y siempre desde La Romana y su costa se puede fácilmente llegar a las islas Saona y Catalina, otras dos fronteras turísticas de enorme suceso en estos últimos años. Se trata de auténticos paraísos terrestres para quien ama el mar con toda su natural fascinación. Aquí las playas tienen longitudes kilométricas: inmensas extensiones de arena blanca frente a un mar de color turquesa, el ambiente ideal para alojar asimismo los espléndidos parques naturales nacionales, en particular el Parque Nacional del Este, que es considerado un auténtico patrimonio internacional y que se extiende por más de 420 km2. También la Isla Saona forma parte del parque, así como la aldea de Bayahibe

Salidas desde La Romana Republica Dominicana en 12 y 19 de Diciembre , Enero 9, Febrero 13 y 27 Marzo 5 12 19 26 Abril 2 9 16 23

Guadalupe, territorio francés de ultramar, forma parte de las Antillas Francesas y parece una gran mariposa cuyas alas, Grande-Terre y Basse-Terre, están divididas por un brazo de mar con unas playas cándidas e incontaminadas. También por aquí uno de los primeros que pasó fue Cristóbal Colón, que, tras desembarcar en la costa meridional de la Basse-Terre, bautizó a la playa con el nombre de Santa María y a la isla con el de Santa María de Guadalupe de Extremadura, que seguidamente fue abreviado con el más sencillo nombre de Guadalupe. Primero los españoles y después los franceses, importaron aquí dos usanzas típicas de las colonias: una, el cultivo de la caña de azúcar, trajo el bienestar, la otra, la esclavitud, trajo, en cambio, desavenencias y una larga discordia que resolvería más tarde el patriota francés Victor Hugues. En la actualidad, Guadalupe sigue siendo territorio francés y está administrada por un Gobernador nombrado por el Ministerio del Interior de París. Se trata de una tierra extraordinariamente armónica en la que la alegría de vivir y la serenidad dominan la cultura y la filosofía de sus habitantes. Si Grande-Terre es la parte más viva y dinámica, con el mercado de Pointe à Pitre y sus callejuelas que se diseminan en pintorescos pueblos y extensiones de campos de caña de azúcar, en la Basse-Terre se encuentra, en cambio, uno de los raros parques nacionales de todo el Caribe, con sus ríos, las selvas y el gran volcán de la Soufrière (1.467 m), que domina el macizo más elevado del archipiélago. La cultura del siglo XXI, con su velocidad y su economía de usar y tirar, sólo ha rozado este rincón de paraíso sin llegar a contaminarlo en el modo más absoluto. Como prueba de ello, en muchos pueblos del interior la fórmula de compraventa más utilizada es aún hoy el regateo. Tampoco la cultura francesa, aún siendo el resultado de cientos de años de educación y de dominación, parece haber dañado el bienestar y el tranquilo vivir de estas gentes, uno de cuyos dichos preferidos es “evitar es más cómodo que afrontar”. Aquí el turismo se ha arraigado pero no ha alterado la economía, que sigue siendo sustancialmente aún agrícola. Guadalupe cuenta con todo el repertorio naturalista que hace inconfundible la naturaleza del Caribe, siendo la selva pluvial y el volcán sus símbolos más famosos en el mundo: las piscinas naturales del parque de la Soufrière son unas auténticas obras maestras de la naturaleza, con sus surtidores de vapor y de humo improvisos que componen una coreografía realmente extraordinaria. Los motivos de interés de estas islas son muchísimos: desde el Museo dedicado al poeta local, St. John Perse (premio Nobel en 1960), hasta el Museo Schoelcher, dedicado al abolicionista del mismo nombre que acabó definitivamente con la esclavitud, o el pueblo de Gosier, uno de los centros turísticos más dinámicos de las Pequeñas Antillas.
Salidas desde Guadalupe (Francia)
Diciembre 9 16 23 30
Enero 6 13 20 27
Febrero 3 10 17 24
Marzo 2 9 16 23 30
Abril 6 13 20

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